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San Miguel de Tucumán

Milei dio su mensaje de fin de año y defendió el proyecto de ley ómnibus

“Mi deseo es que la dirigencia política abandone las anteojeras ideológicas e intereses personales”, destacó en un mensaje grabado.

El presidente de los argentinos, Javier Milei, brindó un discurso grabado para desearles a los ciudadanos un buen fin de año. Durante su alocución defendió el DNU y el proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos enviado a la Cámara de Diputados.

Discurso completo: 

Más de 500 reformas

Desde el 10 de diciembre hemos diseñado un plan de shock de estabilización. Implementamos una nueva doctrina del orden público impulsando más de 500 reformas, entre otras muchas iniciativas. A algunos les ha llamado la atención la cantidad y serenidad de las medidas que hemos adoptado. 

Lo cierto es que fueron necesarias para intentar morigerar los efectos de la peor herencia de la historia. Estos son los primeros pasos para dar vuelta a la página y dejar atrás de una vez y para siempre el modelo económico de la casta que hunde a los argentinos en la miseria desde hace más de 100 años. El cambio de raíz respecto a este modelo empobrecedor es un compromiso innegociable que asumí con todos los argentinos. 

Sin embargo, el problema heredado es demasiado profundo. Hablamos de una economía con 15 puntos de déficit consolidado. Esto sumado a una emisión monetaria de 20 puntos del PBI en los últimos cuatro años. Con precios pisados artificialmente en energía y transporte por hasta un quinto de su valor real. El Banco Central sin reservas y una inflación que en las últimas semanas alcanzó el 1,2% diario, que anualizado implicaría alrededor de 7.500% anual. 

Una herencia que condena a la mitad de los argentinos a la pobreza, en particular golpeando a 7 de cada 10 de nuestros chicos. Se trata de una situación inicial peor que la del año 2001-2002, que fue la peor crisis de nuestra historia. Por lo tanto, estamos frente a una situación de emergencia nacional que requiere que actuemos de forma inmediata y contundente, con la mayor cantidad de instrumentos posibles que excedan ampliamente los recursos que hemos utilizado en estas primeras semanas.

Quiero ser claro en esto… nos dirigimos a una catástrofe económica de una magnitud desconocida para cualquier argentino vivo. 

Ley ómnibus

Por eso hemos enviado al Congreso de la Nación un proyecto de ley que bien puede determinar el destino de nuestra patria. Tenemos la convicción de que se aprobará en las próximas semanas. La hemos llamado Bases y Punto de Partida para la Libertad de los Argentinos, en alusión a Juan Bautista Alberdi, el autor intelectual de nuestra primera Constitución. Con sus ideas como faro, se llevó adelante el proyecto de país que entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX hizo de la Argentina el país más rico del mundo. 

Esta ley brinda al Ejecutivo las facultades necesarias para actuar frente a esta situación de emergencia y evitar la catástrofe económica. Además, impulsa reformas profundas en materia comercial, impositiva, de seguridad, educativa y en todos los órdenes del Gobierno. El espíritu de la ley es volver a ser un país libre, con un Estado limitado. Que actúe en defensa de la vida, la libertad y la propiedad de los argentinos. 

Queremos un país donde se respete el orden público. Un país donde la política no se sirve a la ciudadanía, sino que está al servicio de ella. Donde cada uno es libre de trabajar, producir, emplear, comerciar, importar y exportar como considere mejor, no como le dicta un burócrata desde una oficina gubernamental. 

¿Quién puede preferir el país devastado de hoy por sobre el país próspero que proponemos nosotros?

En pocas semanas, cuando llegue la hora de la verdad, los diputados y senadores de la Nación se van a encontrar ante dos opciones. 

¿Podrán rechazar la ley y continuar con el modelo que durante 100 años nos ha empobrecido? ¿O podrán aprobar la ley para hacer un cambio profundo y abrazar nuevamente las ideas de la libertad? 

Código de honor

A lo largo del último año, he entablado con los argentinos un código de honor. Es mejor decir una verdad incómoda que una mentira confortable. Y a pesar de que no les prometí un camino repleto de rosas, sino uno de esfuerzo y sacrificio, la gran mayoría de los argentinos me corresponden con su voto. 

Debido a las irresponsables decisiones adoptadas por los últimos gobiernos, el próximo año será duro para todos nosotros. Pero la otra certeza que tengo es que si nuestro programa es obstruido por los mismos de siempre que no quieren que nada cambie, no tendremos los instrumentos para evitar que esta crisis se convierta en una catástrofe social de proporciones bíblicas. 

Evitar ese futuro catastrófico al cual nos llevaron depende de todos. Depende de nosotros en el gobierno que trabajamos todos los días para proteger a los argentinos. También depende de los dirigentes sindicales y sociales que enfrentarán la responsabilidad histórica de elegir entre el bienestar general o la preservación de sus intereses personales. Depende de los diputados y senadores que van a estar dando el debate en el Congreso. Finalmente depende de los argentinos de bien que ven que estamos frente a un punto de inflexión de nuestra historia y tienen fe en que vamos a poder salir adelante. 

Habrá luz al final del camino para los argentinos

Por eso invito a todos los argentinos de bien a que le reclamen a sus representantes la aprobación de esta ley. La patria lo necesita. Si todos los actores políticos, sociales, sindicales y empresariales del país comprenden el momento histórico que estamos viviendo y apoyan nuestro programa, estoy seguro que habrá luz al final del camino. 

En esencia, nuestras reformas implicaría niveles de libertad económica que en un lapso de 45 años nos permitiría multiplicar por 10 veces nuestro PBI per cápita. Alcanzaremos niveles similares a los de Irlanda, que hoy mismo se encuentra 50% por encima del de Estados Unidos. 

Para finalizar, quiero una vez más desearle a todos los argentinos un feliz año. Espero que puedan pasarlo en compañía de su familia y sus seres queridos. Este puede ser el año en que demos vuelta un siglo de fracasos. Este puede ser el año en el que dejemos atrás el modelo colectivista que nos hizo pobres y hacemos nuevamente el modelo de la libertad que nos hizo el país más rico del mundo. 

Una dirigencia a la altura

Mi deseo para este nuevo año es que la dirigencia política abandone sus anteojeras ideológicas e intereses personales. Que esté  y esté a la altura de las circunstancias para poder avanzar rápidamente en los cambios que el país necesita. Por último, que Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen. Muchas gracias.

Espacio UNT

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