La Dirección de Comercio Interior, a cargo de Manuel Cantos, llevó a cabo diversos operativos en toda la provincia para frenar el robo de cables de cobre del alumbrado público. La situación afecta a numerosos ciudadanos, que quedan sin luz mientras esperan el colectivo, se dirigen al trabajo o a la escuela.
“Nos preocupa y nos ocupa. Por eso hemos salido a realizar allanamientos en distintas chatarrerías”, manifestó Cantos. En los procedimientos se secuestraron cables quemados, presuntamente extraídos de la vía pública. También se buscaron medidores de gas, agua y luz, que suelen ser arrancados por delincuentes para su venta ilegal.
El funcionario hizo hincapié en la importancia de frenar esta actividad delictiva, que no solo afecta a los servicios básicos de la comunidad, sino que genera altos costos para su reposición. “Cada vez que sustraen estos objetos, la gente queda sin agua o sin gas, y los trámites para reponerlos son largos y costosos”, explicó.
Cantos también advirtió a los comerciantes de chatarra sobre las consecuencias de adquirir material robado, como cables de cobre, y dejó un claro mensaje. “No compren problemas. Al adquirir estos objetos robados, se perjudican a sí mismos y a sus familias”.
Además de los robos de cables y medidores, la Dirección de Comercio Interior investiga la profanación de cementerios. Según Cantos, muchos de los objetos religiosos robados de las tumbas terminan en las chatarrerías. “La ley nos faculta para pedir la procedencia de estos objetos, y si no tienen documentación que lo respalde, podemos secuestrarlos”, aclaró.
Los comerciantes tienen un plazo de cinco días para presentar la documentación que acredite la legalidad de los objetos. De no hacerlo, se exponen a sanciones y a la clausura de sus negocios.
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