Desde tempranas horas de este viernes, cientos de personas hacen fila en avenida Avellaneda 491. Algunos van solos, otros lo hacen acompañados. Entre ellos están Irma y Luna.
En esa esquina de San Miguel de Tucumán está la parroquia de San Roque, santo que hoy celebra su día.
A San Roque se lo conoce por ser patrono de los enfermos. Según la tradición, en el siglo XIV recorrió Europa sanando a las víctimas de la peste bubónica.
Pero también la tradición cristiana lo considera protector de los animales, en especial de los perros. Y eso tiene una explicación.
San Roque contrajo la peste negra y para no ser una carga y propagar el virus se recluyó en el bosque. Allí logró sobrevivir y reponerse en parte porque un perro le llevaba un pedazo de pan para que se alimentara.
Irma y Luna son compañeras hace siete años. La pequeña caniche toy llegó a la vida de Irma como regalo de una amiga. “Era tan linda que no pude decir que no”. Desde ese momento, son inseparables.
El año pasado a Luna le descubrieron un cálculo en la vejiga. Irma sentía que se le venía el mundo abajo, pero no perdió las esperanzas. Se encomendó en San Roque a fuerza de fe y oraciones.
A Luna la operaron y, afortunadamente, todo salió bien. “La operaron de un cálculo y está bien, muy bien”, dice Irma, en la puerta de la parroquia.
Con su compañera en brazos, llegaron al templo para agradecer a San Roque su intercesión. Pero también están allí para pedirle un nuevo milagro. Es que a Luna le descubrieron un tumor en la pierna.
Ojalá el santito de los perros haga su tarea y el año que viene veamos a Luna y a Irma agradeciendo su prodigio.