Mientras se escribe esta nota, el número de muertos que ocasionaron las inundaciones en Libia por la tormenta Daniel sigue creciendo. Por eso, es imposible informar el resultado exacto de la cantidad de fallecidos en esta tragedia. Hace unas horas, el portavoz del Ministerio del Interior del gobierno había dado a conocer una cifra que promediaba las 5.330 víctimas. Sin embargo, algunos medios ya hablan de más de 6000 cuerpos encontrados.
El dramático escenario se vuelve aún peor si se tiene en cuenta que hay 10.000 personas desaparecidas. Esto es motivo de gran preocupación, ya que se espera que la cifra de muertos continúe aumentando en los próximos días.
Las inundaciones han dejado un rastro de destrucción, con cuerpos dispersos por las calles, edificios colapsados y carreteras bloqueadas, dificultando el acceso a las áreas más afectadas.
El país norafricano, no estaba preparado para prevenir y atender semejante tragedia. Tironeado por una guerra política interna, se vio abrumado por la llegada de la tormenta Daniel, que cruzó el Mediterráneo y golpeó su costa. Dicha realidad complicó enormemente las labores de rescate y asistencia. A pesar de sus ricos recursos petroleros, las infraestructuras libias estaban en estado de deterioro debido a más de una década de caos político.
África, un continente golpeado por eventos naturales
En menos de una semana el continente africano se vio atravesado por dos eventos calamitosos que ya provocaron más de 8000 muertes. El primero fue el terremoto en Marruecos el viernes pasado, que se cobró la vida de más de 2,900 personas, dejando una huella de destrucción.
Por otro lado, la tragedia en Libia se desencadenó el domingo con la llegada de fuertes lluvias. La potencia del agua provocó el colapso de dos represas que arrasaron con los pueblos que había a su paso. Además de Derna, ciudad más perjudicada, también se vieron afectadas las regiones del este del país. Entre estas: Bengasi, Susa y Al Marj; así como Misrata, en el oeste.
