En el año 2013, aproximadamente 70 miembros de la Policía de Tucumán se acuartelaron y ocuparon la Subjefatura como medida de protesta para demandar un aumento en sus salarios. Este levantamiento se extendió por un período de tres días y tuvo graves consecuencias para la provincia, desencadenando una serie de saqueos.
Arnaldo Ahumada, abogado de Jorge Racedo, quien fue jefe de Policía durante ese año, expresó: «Voy a repetir lo que vengo diciendo desde que asumí esta defensa desde hace un año: esta es la imputación más estúpida, la imputación más injusta que se le puede haber hecho al jefe de policía».
«El Jefe de Policía fue el único que intentó controlar la situación y no se trataba de un reclamo salarial como se la quiere confundir a la gente. Los tres primeros puntos de la petición de los rebeldes eran que se dejara sin efecto una cesantía, que no se reconozca la intervención de otro policía que eran Nacusse y recién estaba la cuestión salarial», detalló.
El letrado indicó: «En esos momentos, la Policía no puede ser una entidad o una institución totalmente burocrática, porque si usted cada vez que va a mandar a que alguien vaya a un banco porque lo están asaltando y para eso tiene que hacer una nota, un expediente, se imagina que así no puede funcionar ningún sistema de seguridad del mundo».