Los profesionales inescrupulosos que trabajan de manera engañosa con la silicona líquida hicieron a Gabriela víctima de su peligrosa práctica.
Gabriela aceptó un tratamiento de silicona inyectable en lugar de un implante mamario y a los pocos meses este tratamiento comenzó a causar efectos negativos.
La silicona líquida contiene metanol, una sustancia altamente tóxica que afecta principalmente el sistema nervioso central y el nervio óptico, provocando ceguera, daño hepático y neurológico, e incluso la muerte.
A comienzos de año, un conocido de la víctima, que afirmaba ser licenciado en enfermería, le ofreció esta alternativa al implante que ella deseaba.
Le aseguraron que no traería consecuencias, que era mejor que un implante mamario y que la sustancia se convertiría en grasa, según expresó Gabriela.
Después de recibir tres inyecciones de silicona líquida, la paciente ingresó al Hospital Centro de Salud el primero de junio con un riesgo de vida del 95%. Los síntomas evolucionaron hacia una neumonía y la formación de nódulos en diferentes partes del cuerpo. Gabriela comentó que su salud estaba constantemente en peligro.
Como consecuencia, Gabriela se sometió a múltiples intervenciones, que implicaron la extracción de glándulas mamarias, de músculos pectorales y un nódulo en la octava costilla.
Este caso es uno de los numerosos ejemplos en los que el uso de este tipo de sustancias conduce a situaciones críticas, como lo experimentó la modelo Silvina Luna.