En una iniciativa inédita, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán aprovechó la poda del Rosedal para regalar esquejes. Cientos de ciudadanos se acercaron a buscar el suyo y plantar una partecita del parque 9 de Julio en sus casas. Allí estaba Eduardo, el último romántico, buscando futuras rosas para su amada Brisa.
Montado en una bicicleta, llevó los esquejes en una bolsa. «Son para mi mamá, mi abuela, pero especialmente para ella que le encantan las flores», dice mientras señala con la mirada a su novia que espera unos metros atrás, también en bicicleta.
Brisa se pone colorada y no da más de la vergüenza, pero reconoce que ella tiene al último romántico.
Cada año, los encargados de cuidar el Parque 9 de Julio podan el famoso rosedal. La tarea consiste en quitar las partes secas y disminuir el tamaño de las plantas para que así sea mejor su floración.
Por primera vez, el municipio convocó a los vecinos para participar de la poda. El martes y el miércoles de esta semana, cientos de aficionados a la jardinería se acercaron al parque a buscar su esqueje. «Es una forma de que cada vecino tenga un pedacito del parque en su casa», dijo Manuel Ángel Díaz, director del parque.
El Rosedal
El gran jardín circular bordeado por pérgolas y enredaderas resguarda 1500 rosales de distintas especies, como Poulsen, Royal Jubilee, La Sevillana, Alba, Iceberg, Granada, Gold Medal, Graham Thomas y Jardín de París entre otras. La paleta de tonalidades incluye los colores fucsia, amarillo, rosado fuerte, blanco y naranja, entre otros, y hay flores que crecen solitarias o en ramillete.
El encargado del Parque 9 de Julio informó que las tareas de mantenimiento del Rosedal continuarán con la plantación de nuevos ejemplares, la pulverización de oxicloruro de cobre para prevenir los hongos y la colocación de fertilizantes que contienen nitrógeno, fósforo y potasio.