En la tarde del domingo, alrededor de las 15.50, se registró un robo a mano armada en un lavadero de autos situado en la intersección de las calles 9 de Julio y Alsina. Lo sorprendente es que el ladrón resultó ser un miembro de la Policía.
Según el relato de la víctima, el incidente ocurrió mientras esperaba la entrega de su vehículo en el lavadero. En ese momento, una motocicleta se detuvo y el individuo que la conducía descendió exigiéndole que le entregara su teléfono celular.
Ante el intento de resistencia, el ladrón apuntó al hombre con un arma de fuego e intentó escapar con el teléfono, pero dos empleadas del lugar comenzaron a gritar y alertar sobre el robo.
En ese instante, el padre de una de ellas salió del interior del establecimiento y se unió a la persecución del delincuente, quien realizó dos disparos. Una de las balas impactó en el pecho del hombre, el dueño del lavadero, quien intentaba ayudar a la víctima.
«Se ha parado el muchacho, ha parado la moto ahí y le quita el celular a un cliente. Yo lo saco corriendo y él me empieza a hacer los tiros, pero dos tiros no le han salido, pero ha hecho como cuatro o cinco disparos», asegura Fabián Giménez, el dueño del lavadero.
En este sentido, el hombre añade: «Yo lo trato de retener porque ella a mi hija también se le acercaba y le quería tirar a mi hija. Ahí me balanceo y me tiro ahí en la esquina esa, en la punta esa y ahí me pega el disparo».